Me encomiendo a los Dioses

Una de las cosas indirectas que te ocurren cuando vas dando pedales en solitario durante horas es que tu mente se relaja y vaga por los recovecos de los pensamientos y por las profundidades del conocimiento. Los problemas cotidianos se quedan en pausa y afloran ideas muchas veces totalmente estupidas e intrascendentes, pero otras veces surgen cosas quizas dignas de poner en un blog. Yo funciono principalmente asi, como los motores de explosion. La gasolina bombea hasta mi cerebro y si tengo suerte saltara la chispa necesaria para que el torrente se convierta en una manada incontrolada de frases que trato de ordenar y memorizar para luego volcarlas aqui.

El resultado esta vez es algo disperso. Sali a dar una vuelta con la intencion de llegar hasta Soto del Real por la tira roja del carril-bici. Eolo parecia estar algo cabreado y empezo a azotarme desde el primer kilometro. Yo soy de la secta de: "Ya que me he vestido, salgo y punto". Asi que no le hice mucho caso al revoltoso tiempo y segui con lo mio. No tardo la cosa ponerse cada vez mas dura (el clima, me refiero...), sin contar con que la sierra estaba bastante cubierta y el cielo, digamos que negro como los cojones de un grillo. Pero yo, empecinado, raca-raca a los pedales. Mi clara decision, sin embargo, iba decreciendo segun iba aumentando el numero de metros recorridos hacia la tormenta.

Y aparecio la maldita conciencia, no se si la buena o la mala, pero el caso es que su susurro era tentador: "¿Para que te estas dando la paliza?,¿porque no te das la vuelta y te zampas un gofre con chocolate en vez de hacer el canelo?". Hasta que no hablo la buena no las distingui: ¿Que te vas a dar la vuelta?, pero no seas paquete, sigue un poquito mas, que seguro que esto se pasa". Y asi hice durante casi una hora. Pero la mala es muy mala y estimulaba un deseo profundo. El deseo de pedir deseos, de hablar con El/La o Los/Las que estan alli arriba jugando con nuestros hilos. Y, en vez de pedirle a Thor que le endiñara con el martillo a Eolo para que dejara de soplar, suplique que amenazara al dios nordico Freyr para que descargara sobre mi lo unico que me iba a hacer volver con una excusa perfecta: la lluvia.

Que suerte la mia que me concedio una audiencia personal, porque a los dos minutos comenzo a llover...¡Aleluya!. Con las dos conciencias complacidas me di la vuelta y regrese a casa. A punto estuvo Ra de joder la marrana asomando por el oeste, pero ya era tarde, la retirada era inevitable. Y en esa retirada, Cerridwen, la diosa celta, me dejo mojar los labios en el caldero de la inspiracion y la sabiduria para maquetar estas lineas. Solo espero que mi fechoria no llegue a oidos de Mitra, dios hindu de los intestinos, y me castigue con una diarrea galopante por tragarme sin apenas masticar el ansiado gofre. Claro, que peor lo tuvo Osiris, al que su mujer Isis, diosa de la magia, resucito a partir de sus pedazos pero olvidando un pequeño detalle, no encontro su pene...pufff.

En fin, espero que Nix, la diosa griega de la noche, tenga contento a Morfeo y pueda dormir un poco mejor que ultimamente. Total por pedir.

P.D.: Otra vez el troyano de los webs me esta tocando las napias. Por cierto, el caballo de Troya fue... es coña, ya no os castigo con mas mitologias.