ADVERTENCIA: Algunos contenidos de este blog pueden herir la sensibilidad de la gente sin humor o con problemas de tránsito en el tramo final de su orto. La ironía es clave aquí. En caso de intolerancia, consulte a su proctólogo.

lunes, 11 de julio de 2011

Se acabó en Becerril





Por fín se acabaron (casi) las carreras. El Open de Madrid tocó a su fín el pasado 19 de Junio en Becerril de la Sierra, circuíto técnico donde los haiga. Cuatro vueltas de 6.5 kms. que consistían básicamente en 2.5 kms. de senda y pista de subida para luego despeñarte por dos bajadas trialeras bastante peligrosas con un repecho quema-piernas entre ellas. De la lluvia ya ni nos acordamos, así que el terreno estaba sequísimo y muy descarnado. Como es el mismo trazado donde se correrá el Campeonato de España, la gente lo ha entrenado y trillado millones de veces. Consecuencia: Roderas y rizados por todos los lados. Destrozadito del todo. Si a esto sumamos que me desinflé las últimas dos semanas saturado de tanta bici y de la obligación (sarna con gusto...) de competir, pues el asunto no era muy atractivo para el narrador. Y eso que desconocía que el mercurio se saldría de los termómetros al regalarnos el sol sus mejores rayos achicharradores. Decidí a última hora utilizar las zapatillas de Javi, cedidas gentilmente por Miriam al Guardia. Un pequeño homenaje que acabó un poco en penitencia porque no conseguí adaptarme a tiempo y me machaqué las rodillas. Sólo aparecimos por allí Rober, Carliños y yo. El resto pasó de ir bien por caídas reconociendo demasiado de cerca el terreno, bien por estar en fase de recuperación-reanimación tras la Quebrantahuesos. Sólo dos valientes se atrevieron a desafíar el cansancio para animarnos, Diego y El Guardia, teniendo uno de los mejores detallazos del año al madrugar y pasar calor como el que más para pegarnos gritos de ánimo. Les acompañaron mi club de fans, Belén y mi hermana María, que se tostaron vuelta y vuelta para verme sudar y sufrir. A todos muchísimas gracias.






Llegué bien tempranito para reconocer el circuíto. Enseguida noté que no iba a ser mi día. La cabeza es muy jodía y no terminaba de pillarle el punto a las zapatillas ni a las bajadas. Se supone que me van los circuítos técnicos, pero bajaba verdaderamente torpe, sin sentir en ningún momento que controlara la bici. Veo a mis compis, calentamos, vemos que ha venido Iñaki Lejarreta a correr, un tío que hace entre los diez primeros en la Copa del Mundo. Nos empanamos y Rober y yo llegamos tarde a la parrilla. Me cuelo lo que puedo pero me quedo en tercera fila. Salida penosa, para no variar, porque no consigo enganchar el pedal, que resbala sobre la suela de carbono como si fuera hielo. Aprieto lo que puedo pero nada, el primer repecho me hace bajarme por un tapón. Ya vamos cortados en el segundo grupo. Sufro mucho y no cojo el ritmo ni con un pito. La subida de pista se me hace interminable. Llegamos al sendero y las primeras bajadas. Carliños va delante y parece que se le atraganta un poco la trialera. Nos hace un pequeño tapón y a los de cabeza ni se les ve. Rober va pegado a mi culo. Adelantamos a Carlos en uno de los pocos sitios en los que el camino es más ancho que un palmo. Subida a muerte y bajada también. Me salgo de la trazada y me trago un escalón de roca. Primer susto. Llego a meta, 25 minutos y voy pegado. El Guardia me canta un puesto trece. Rober se queda un poco por detrás. Voy solo y muy cocido. En la primera bajada aprieto un poco por no tener a nadie estorbando y me salgo recto en una curva. Aparco en un matorral y la bici se queda enganchada. Sigo bajando algo más templado pero vuelvo a cometer errores y casi me la meto dos veces más. Aún así tardo lo mismo que en la primera vuelta. En la siguiente bajo mejor pero me duelen mucho las rodillas y las piernas. Adelanto a un Master 30 y creo que voy el 11º. Voy frito y llevo los brazos llenos de arañazos, los arbustos estaban cariñosos aquella mañana. Subo dos minutos mi tiempo. Es la última vuelta y voy mirando más para atrás que para delante. No quiero que me cojan pero llevo un grupo pegado al culo. No puedo dar mucho más de sí, pero sé que a priori bajo mejor. Y eso tuvo que ser porque casi me caigo tres veces en la última bajada, parando todas las veces y aún así no me trincan. Último apretón y ya está. Me duele hasta el dorsal. El undécimo y dando gracias. El pobre Rober arrancó el cambio trasero y se quedó con las ganas de hacer un puestazo, una pedazo putada.






P.D.: Menudo susto me llevé cuando vi aparecer a Belén con la camiseta salpicada de sangre. Era de otro jinete que se la metió delante suyo y de Diego y al que tuvieron que atender.



P.D.2: A falta de confirmación oficial he hecho números y creo que he quedado noveno en la general. ¡¡¡No me lo creo!!!.




P.D.3: Que ganas de irme de vacaciones, ¡¡¡POR DIOSSSSSSSSSSSS!!!. Unos días de relativa calma en los Pirineos y habrá que entrenar para el campeonato de Madrid de Maratón en Septiembre, para no parar de enredar.