ADVERTENCIA: Algunos contenidos de este blog pueden herir la sensibilidad de la gente sin humor o con problemas de tránsito en el tramo final de su orto. La ironía es clave aquí. En caso de intolerancia, consulte a su proctólogo.

jueves, 11 de marzo de 2010

Galletas


Interesante alimento este. Tiene cereales, azucar, y es de lo mejor que puede uno desayunar en la era de la bolleria industrial. Pero vamos, ni Tosta Rica, ni Chiquilin, para galleta la que me di ayer yo mismamente en The Dun (o lo que biene siendo hispanicamente nuestro queridisimo El Pardo).

Iba yo allende las montañas cuando avistando en la lontananza una tentadora senda, preste yo raudo la montura y enfilome sin dilacion a disfrutar de semejante descenso. Quiso el camino complicarse el mismo al en dos partirse por serpenteante reguero. Crucelo en multiples ocasiones, aprovechando en ello los resaltes del terreno, cuando, en plena negociacion de un quiebro a derechas, rama infiel y traicionera asestome tremendo estoque en mi brazo, perdiendo por tanto ligeramente la verticalidad y embistiendo sin remedio a una centenaria encina. Pareciome que no fue de su agrado mi inesperado abrazo, porque tal cual la toque, respondiome con ira, descabalgando yo sin apenas tiempo a blasfemar y cayendo al suelo de manera poco decorosa e impropia de cualquier caballero.

Posaderas en el suelo, a la altura del mio orgullo, cambio de color en los ropajes a tonos mas terrestres, diria que pardos, como el nombre del ilustre monte que tanto me da y me quita, como el color del suelo que bese sin amor ninguno. Pero volviendo al duelo hombre-arbol y en lo que dura un parpadeo, levantome casi de un salto y desenvaino... desenvaino...no desenvaino mas que un insigne apendice de madera clavado en mi yelmo, todo lo que pude arrebatarle a la maldita encina. Yo, sin embargo, herido en la rodilla y el brazo, pero sobre todo en el honor.

Y aun asi gracias a Dios doy por poder por propia voluntad levantarme casi intacto de la escaramuza. Reviso a mi blanca montura, como siempre silenciosa y fiel. Todo parece correcto. El bramido de otro jinete me hace retemblar, humildemente me aparto y le dejo pasar. Si, gracias a Dios otra vez por no llevarme con el, pero sobre todo por no dejar que nadie viera mi, digamos, encontronazo. Antes en el agujero que sencillo.

P.D.: Pido disculpas por mi destrozo inmoral del castellano antiguo. Por si alguno tiene interes, volvi a casa bien, es mas, me quede una horita dando vueltas por el montecillo. Hacia un fresquete que pa' que... Betadine para merendar y hoy, como suele pasar en estos casos, me he levantado con dolor en partes del cuerpo que creia no haberme golpeado. Creo que Belen me parte el lomo cuando duermo, la jodia.

P.D.2: Cumpliendo los deseos de mi amiguete Ivan he dividido el texto en parrafos para facilitar la lectura. No le gustan a el los chorizacos que escribo. Deseo cumplido pero no nos acostumbremos que este es MI blog... je je je

7 comentarios:

Belén dijo...

"fincaste" la rodilla en el suelo!?!?!...

Como siempre, grandioso. Gracias por deleitarnos con tus aventurillas y arrancarnos una carcajada, de vez en cuando, y una sonrisa casi siempre.

Buena jera!

Moises dijo...

Finque la rodilla y si me descuido el hocico. A ver si con suerte finco otra cosa...Muaaakkk que me pongo meloson

Iván dijo...

Si Señor!!!

Si me llegas a poner el castellano antiguo en un solo párrafo, lo lee tu tía!!!

Enhorabuena, haces que esto no sea repetitivo y siempre sorprendes con tu estilo de redactar las historietas, que no tienen la misma gracia cuando las cuentas encima de la bici, aunque de eso ya no me acuerdo.

Me ha encantado esto:
"no desenvaino mas que un insigne apéndice de madera clavado en mi yelmo, todo lo que pude arrebatarle a la maldita encina."

Te sales!!!

Anónimo dijo...

moi, las encinas te perseguimos....
ten cuidadin guapo
besos

Anónimo dijo...

moi, las encinas te perseguimos, ten cuidado con la retaguardia
besos
silvia

Dave The Rake Goldman (bad to the bone) dijo...

¡Pardiez! muy buena entrada Moi, no la había visto aún y eso que me contaste la pequeña aventura el viernes.

Si sigues escribiendo así se va a aficionar Pérez-Reverte a tu blog, voto a bríos.

En fin, la próxima vez que veas una encina, recuerda las palabras Sancho Panza, "Señor, dónde va, mire usted bien que no son gigantes lo que ve, que son molinos"... o encinas ;)

Moisés dijo...

Gracias por los comentarios. Que sepais que escribo por y para vosotros.